Por si no lo tenías y queres empezar a conocer rap con contenido del bueno, tenes que escuchar a SieteNueve y te vas a sorprender. Este MC hizo su nombre a base de buenos discos y liricas en las que la lucha y el mensaje de respeto al arte del rimar con sinceridad prima. En esta entrevista el otrora miembro de Conciencia Poetica y creador de joyas como "El Pro-greso" y "Trabuco" habla sobre la pena de muerte, la educación y, claro está, su música.
“Yo estoy en contra de la pena de muerte por convicciones y experiencias... Es la doble moral del sistema que se pinta de supercristiano y de que creen en Dios, pero a la misma vez tienen el derecho de quitarle la vida a una persona, y pues eso no me cuadra”, dijo el cantautor de hip-hop SieteNueve.
“Mi opinión puede ser que no tenga sentido, pero sí creo en la pena de muerte en la calle. No entiendo que el sistema tenga esa doble vara para medir. Hay cosas en la calle que, lamentablemente, si tú las cometes, esas son las consecuencias, y hemos tenido que vivir con eso, y hasta cierto punto sí estoy de acuerdo con algunas cosas, porque me crié en eso y las entiendo”.
Original de Villa Palmeras, como Maelo, SieteNueve es más que un escritor y cantante, es un historiador.
Según explicó, hubo un evento que marcó su vida para siempre: la masacre de Ponce.
“Yo tenía unos 15 o 16 años, y empezaron a dar un documental de la masacre de Ponce. Yo me senté y vi el principio y le pregunté a mami: “¿Dónde fue eso?”. Y ella me dijo: “¿No ves que están diciendo que fue aquí en Puerto Rico?”. Y ese fue el chispazo... Yo no sabía de eso, y eso me dio una rabia terrible, una rebeldía... Ahí me di cuenta de lo que somos”.
Sin embargo, no es un historiador de esos que estamos acostumbrados a ver, llenos de estudios, caminando con su diploma bajo el brazo. SieteNueve es un historiador porque la vida lo hizo así.
“Yo no tenía conocimiento sobre mi cultura... Yo me salí de la escuela en grado 10. De chamaquito tuve problemas de conducta, iba por donde va to el mundo, y entonces me choqué con la historia, y por eso me marqué a esta gente en los brazos (enseñándome sus tatuajes de Eugenio María de Hostos y Pedro Albizu Campos). Después de grande fue que me di cuenta de la historia de Puerto Rico, la historia del Caribe y de dónde yo venía —mis papás son dominicanos—. Empecé a explorar algo que nunca había conocido que era la historia social, la política y el sistema ideológico”.
Hablar con SieteNueve es una lección de historia de las de verdad, de las llenas de experiencias, y eso también se refleja en su música. Sin embargo, él describe como “uno de los mayores conflictos” el lograr ser comercial sin perder su esencia. “Esa es la gran batalla... Yo no he podido hacerlo todavía”.
“Hay que rebuscar bien para saber quién es SieteNueve a pesar de que tengo una trayectoria en la subterránea de muchos años; pero esa es la gran batalla de todos los que hacemos música independiente o música con contenido, buscar ese balance entre lo que es popular o comercial, y lo que es arte y música con sustancia o sentido, y a mí se me hace bien difícil... Cuando yo escribo, yo no pienso en eso. Entonces, se hace difícil hacer música pensando en que hay unos límites”.
El hip-hop en español no es un género muy comercial en Puerto Rico. SieteNueve explicó que esto pasa por la falta de “acceso a la gente” que tiene el género. “El problema está en la exposición, que la gente se entere de que eso existe”.
“Estamos en espacios limitados. Cuando yo me presento en algunos sitios que han sido masivos, la reacción es positiva, y eso quiere decir que la gente no ha escuchado esta propuesta porque piensan que no existe y, cuando la escuchan, entonces tienen una alternativa. Yo entiendo que deberíamos ser una alternativa viable a lo que suena, porque cuando se habla de rap en español es bien difícil que se hable de hip-hop, pero el hip-hop es el nacimiento de lo que se llama la música urbana... Y nosotros, los puertorriqueños, estamos aquí desde el principio”.
Al conversar con SieteNueve, es evidente que él busca llevar un mensaje. Él explicó su misión de una manera muy sencilla pero precisa: “Mi misión es que a alguien que esté medio perdido le llegue esa palabra y ese mensaje directo. Y se tire pa atrás y empiece a rebuscar y razone y que tenga su propia conclusión, pero que razone. Yo no hago música porque me dio la gana. Tiene que haber una reacción de alguna forma. Pero sí me gustaría que la gente tomara conciencia de su día a día..... No soy perfecto, no pretendo ser perfecto, pero me gustaría eso”.
Finalmente, SieteNueve es padre de familia, por lo que era obligatorio hablar con él sobre lo que piensa del sistema de educación del país.
“Tú les explicas a tus hijos la verdad del asunto y en la escuela entran en confusión. Yo no tengo corazón de decirles a mis hijos que nuestra raíz africana, nuestra raíz negra, es una cuestión bien bonita y una historia bien linda o heroica... No; esto fue una invasión; eso fue abuso, y esto fue algo terrible”.
“La educación es la primera base... El prejuicio y el racismo están desde la cartilla fonética: la familia es blanca; el papá es policía... Estamos enajenados de lo que somos. No se nos atreve a decir que somos negros, que nuestra cultura más prevaleciente es nuestra cultura negra. Desde la comida, el baile, la música, la forma de hablar, la forma de movernos..., somos más negros de lo que creemos, y cuando tú te das cuenta de to eso, dices wow. Aquí el problema es desde la base. El problema es la educación. Yo entiendo que sí; hay mucho que hacer, y el trabajo también queda de nosotros empezar a dar el ejemplo, porque yo digo: “Ah yo puedo hablar de cambio”, pero si yo no doy el ejemplo y no me comporto como tal, pues entonces no vamos a llegar a nada”.
“La educación, si me preguntan a mí, aquí la educación hay que romperla y hacerla de nuevo. Esa es mi impresión, porque yo soy producto de la educación de aquí y yo no aprendí nada. Yo lo que aprendí, y lo que sé, fue después de que salí de la escuela y me choqué con la vida”.
Fuente: Diario Metro de Puerto Rico.
“Mi opinión puede ser que no tenga sentido, pero sí creo en la pena de muerte en la calle. No entiendo que el sistema tenga esa doble vara para medir. Hay cosas en la calle que, lamentablemente, si tú las cometes, esas son las consecuencias, y hemos tenido que vivir con eso, y hasta cierto punto sí estoy de acuerdo con algunas cosas, porque me crié en eso y las entiendo”.
Original de Villa Palmeras, como Maelo, SieteNueve es más que un escritor y cantante, es un historiador.
Según explicó, hubo un evento que marcó su vida para siempre: la masacre de Ponce.
“Yo tenía unos 15 o 16 años, y empezaron a dar un documental de la masacre de Ponce. Yo me senté y vi el principio y le pregunté a mami: “¿Dónde fue eso?”. Y ella me dijo: “¿No ves que están diciendo que fue aquí en Puerto Rico?”. Y ese fue el chispazo... Yo no sabía de eso, y eso me dio una rabia terrible, una rebeldía... Ahí me di cuenta de lo que somos”.
Sin embargo, no es un historiador de esos que estamos acostumbrados a ver, llenos de estudios, caminando con su diploma bajo el brazo. SieteNueve es un historiador porque la vida lo hizo así.
“Yo no tenía conocimiento sobre mi cultura... Yo me salí de la escuela en grado 10. De chamaquito tuve problemas de conducta, iba por donde va to el mundo, y entonces me choqué con la historia, y por eso me marqué a esta gente en los brazos (enseñándome sus tatuajes de Eugenio María de Hostos y Pedro Albizu Campos). Después de grande fue que me di cuenta de la historia de Puerto Rico, la historia del Caribe y de dónde yo venía —mis papás son dominicanos—. Empecé a explorar algo que nunca había conocido que era la historia social, la política y el sistema ideológico”.
Hablar con SieteNueve es una lección de historia de las de verdad, de las llenas de experiencias, y eso también se refleja en su música. Sin embargo, él describe como “uno de los mayores conflictos” el lograr ser comercial sin perder su esencia. “Esa es la gran batalla... Yo no he podido hacerlo todavía”.
“Hay que rebuscar bien para saber quién es SieteNueve a pesar de que tengo una trayectoria en la subterránea de muchos años; pero esa es la gran batalla de todos los que hacemos música independiente o música con contenido, buscar ese balance entre lo que es popular o comercial, y lo que es arte y música con sustancia o sentido, y a mí se me hace bien difícil... Cuando yo escribo, yo no pienso en eso. Entonces, se hace difícil hacer música pensando en que hay unos límites”.
El hip-hop en español no es un género muy comercial en Puerto Rico. SieteNueve explicó que esto pasa por la falta de “acceso a la gente” que tiene el género. “El problema está en la exposición, que la gente se entere de que eso existe”.
“Estamos en espacios limitados. Cuando yo me presento en algunos sitios que han sido masivos, la reacción es positiva, y eso quiere decir que la gente no ha escuchado esta propuesta porque piensan que no existe y, cuando la escuchan, entonces tienen una alternativa. Yo entiendo que deberíamos ser una alternativa viable a lo que suena, porque cuando se habla de rap en español es bien difícil que se hable de hip-hop, pero el hip-hop es el nacimiento de lo que se llama la música urbana... Y nosotros, los puertorriqueños, estamos aquí desde el principio”.
Al conversar con SieteNueve, es evidente que él busca llevar un mensaje. Él explicó su misión de una manera muy sencilla pero precisa: “Mi misión es que a alguien que esté medio perdido le llegue esa palabra y ese mensaje directo. Y se tire pa atrás y empiece a rebuscar y razone y que tenga su propia conclusión, pero que razone. Yo no hago música porque me dio la gana. Tiene que haber una reacción de alguna forma. Pero sí me gustaría que la gente tomara conciencia de su día a día..... No soy perfecto, no pretendo ser perfecto, pero me gustaría eso”.
Finalmente, SieteNueve es padre de familia, por lo que era obligatorio hablar con él sobre lo que piensa del sistema de educación del país.
“Tú les explicas a tus hijos la verdad del asunto y en la escuela entran en confusión. Yo no tengo corazón de decirles a mis hijos que nuestra raíz africana, nuestra raíz negra, es una cuestión bien bonita y una historia bien linda o heroica... No; esto fue una invasión; eso fue abuso, y esto fue algo terrible”.
“La educación es la primera base... El prejuicio y el racismo están desde la cartilla fonética: la familia es blanca; el papá es policía... Estamos enajenados de lo que somos. No se nos atreve a decir que somos negros, que nuestra cultura más prevaleciente es nuestra cultura negra. Desde la comida, el baile, la música, la forma de hablar, la forma de movernos..., somos más negros de lo que creemos, y cuando tú te das cuenta de to eso, dices wow. Aquí el problema es desde la base. El problema es la educación. Yo entiendo que sí; hay mucho que hacer, y el trabajo también queda de nosotros empezar a dar el ejemplo, porque yo digo: “Ah yo puedo hablar de cambio”, pero si yo no doy el ejemplo y no me comporto como tal, pues entonces no vamos a llegar a nada”.
“La educación, si me preguntan a mí, aquí la educación hay que romperla y hacerla de nuevo. Esa es mi impresión, porque yo soy producto de la educación de aquí y yo no aprendí nada. Yo lo que aprendí, y lo que sé, fue después de que salí de la escuela y me choqué con la vida”.
Fuente: Diario Metro de Puerto Rico.
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