Excelente artìculo hablando de talleres de hiphop dictados en los barrios, toda una movida que cada vez se replica màs, sin mucha ayuda de nadie màs que sus impulsores y las ganas de crear arte de los pibes... ¡Recomendadisima, arriba los talleres!
El Hip Hop no te quema.
Por Lucreccia Raimondi
Víctor es vecino de Piedra Buena, tiene 45 años, es ciego por diabetes mal tratada y pese a su condición mencionó haber leído a Simón Rodríguez, pedagogo y escritor venezolano quien, según la interpretación de Víctor, decía: “Un niño aprende mucho más labrando un palito, haciendo arte, que escuchando y conversando por largo rato con un maestro de atracciones superior a su experiencia”.
A partir de esa frase que rescató este particular vecino, el mundo del Hip Hop abre una perspectiva de vida para los jóvenes en el sur de la Ciudad de Buenos Aires. Las experiencias de las bandas Argentología en Piedra Buena y Tribu del Hip Hop en la Villa 19 muestran dos ejemplos, entre muchos, de que esta cultura viene de los barrios marginados y ahí multiplica sus adeptos.
¿Y por qué hablar de Hip Hop en las villas, cuando es un movimiento con muchas facetas y clases sociales? “Porque hay otras bandas de rap que tienen un estilo de gánsteres y delincuencia”, definió Triple, uno de los cuatro cantantes de Argentología. Hace referencia a que generan con los jóvenes un mensaje de solidaridad y respeto para con sus familias y vecinos.
El joven Rima integra a la Tribu del Hip Hop en el Barrio Inta (villa 19) junto a F3 y Gandal. Recuerda que el ritmo de Michael Jackson lo inspiró desde chico, que su hermano le enseñó a escribir y empezaron a rapear juntos. “Nos motiva la vida, lo que pasa cada día, la junta, la droga, la mala vida”, rapea Rima. La Tribu quiere hacer algo productivo del hip hop porque les devuelve alegría, cantar los hace felices y se sienten libres de todas las cosas.
Ellos pertenecen a las villas y ahí quieren construir códigos que los distingan de los estereotipos “gánster o regetoneros” que están instalados en la sociedad. “El hip hop siempre fue muy popular pero no le dan pantalla en la tele. Por eso - continúa Rima - nos metemos en las villas y no vamos al centro, porque ahí tiran la movida del cash (dinero) y nosotros no lo hacemos por eso”.
La Tribu se junta a rapear en la casa de los hermanos Rima y Gandal donde dibujaron, en dos paredes, grafitis con el nombre de la banda. Ellos no suelen pintar y bailar, porque les interesa más la música, pero invitan a otros. Por ejemplo, un grafitero pintó en la entrada a la villa por la calle Dellepiane, un mural contra la droga que ilustra, con muchos colores, medio rostro de un chico joven (Juan) y el otro medio una calavera (Paco).
En el barrio todos conocen a la Tribu del Hip Hop; los identifican por el estilo que asumen para permanecer “limpios” de problemas de drogas o “afanos” en la villa donde nacieron y se criaron. Pero “no somos de esos raperos de Estados Unidos que se visten todos con ropa ancha, nos vestimos normales, con lo que tenemos”, aclara Rima.
Y Rima agrega que en la Villa 19, Barrio Inta, los valoran como una iniciativa positiva porque participan de muchas propuestas culturales y pueden ver en ellos algo que los vecinos perciben poco en los pasillos: La Tribu contagia un espíritu de solidaridad y promueven la participación de la villa en propuestas culturales.
La mayoría de los vecinos conoce a la banda de hip hop en la Villa 19 porque organizan festivales. Los más chicos se enganchan con sus rimas porque les llama la atención que cantan rápido, con velocidad. “Antes puteábamos a la poli, pero ahora queremos cantar cosas positivas – concluye Rima -. No fabular”.
Además, tienen 100 amigos virtuales del Facebook y YouTube que les gusta su manera de cantar y hablan de ellos; otros los escucharon cuando tocaron en festivales. Anduvieron mucho por Villa Celina, Piedra Buena, Villa Soldati, Barracas, Bajo Flores y Villa 20 de Lugano porque ahí tienen seguidores.
La Tribu del Hip Hop viaja a donde la inviten. Pero hay mucha competencia y no les gusta la manera de pensar de los raperos que están en el centro, que llevan el estilo de la banda Fuerte Apache (FA). “Nosotros no vamos por ahí porque se creen mucho y como somos de la villa, nos discriminan, no nos dan la oportunidad”, sostiene Rima.
La Tribu quiere hacer un nuevo estilo, que la gente tome conciencia de sus mensajes y lo escuche un roquero, alguien que le guste otra música. Desean expresar una cultura local a causa de “la gente de afuera que no entra a las villas porque la tele dice que los villeros robamos y matamos”. Rima detalla que en sus letras no cantan “cosas de joda y tiros”, cuentan la profundidad del barrio para que los jóvenes “se rescaten de la droga”.
Este fragmento pertenece a uno de los primeros temas que hicieron: “Pibes que recién salen andan con el faso en la mano/ Salen a meter caño/ Salen a ganar, les toco perder y terminan en un cajón/ Yo no corro, me planto”.
También crean pistas porque un integrante de la Tribu de Hip Hop, que se hace llamar F3, compró un teclado profesional para producir los instrumentales y rapear las letras con música propia. La clave está en hacerse profesionales. Por eso, Rima explica que “consideramos indispensable escribir y sonar con buena calidad de sonido y contenido”.
Rimas de Barrio propone un taller de Hip Hop en el Club Malvinas Argentinas del barrio Piedra Buena. El vecino ciego, Víctor, además de sus ideas de izquierda, participa de este taller y describió: “Me sorprendió del hip hop que tiene origen en los barrios pobres, cómo empezó el beat, los sonidos, la poesía y las voces”. Él escucha rock, folklore y canciones de protesta. También considera que las letras de rap “poseen algo especial” porque “con rimas y metáforas pueden hacerle pedidos a la sociedad y reclamar muchas cosas”.
Las letras rap que construyen en el taller de Piedra Buena describen la desigualdad entre jóvenes y adultos, las relaciones de poder institucional, la calle, las drogas y la violencia. La diferencia con la cumbia está en las alusiones que utilizan para describir la realidad social de los barrios pobres. “Muchas veces la cumbia villera tiene para mi gusto - observa Víctor - letras brutas, groseras, que denigran a la mujer”.
Argentología se formó en el taller Rimas de Barrio. La banda fusiona melodías y estribillos de tango con ritmos y líricas del hip hop. Construyeron una identidad grupal a partir de compartir poesías y ritmos. Le dedicaron mucho ensayo a sus letras y hoy disponen de representación con uno de sus temas en el CD de rap llamado Compilado de Rap Internacional. Esta propuesta la integran raperos de América Latina y otros continentes, a partir del cual presentaron tres festivales internacionales de Hip Hop en Buenos Aires.
Los cuatro integrantes de Argentología viven en barrios distintos (La Ferrere, Villa Soldati, Villa Lugano y Saavedra) pero ubican el punto de encuentro en Piedra Buena. Ahí arman el núcleo y ayudan a difundir la cultura hip hop, los cuatro elementos, enseñar a escribir a los chicos, que de a poco se les vaya metiendo adentro del cuerpo los valores que ellos aprendieron para rescatarse de “la mala vida”.
Triple rapea hace 16 años y confesó que el hip hop lo motivó a “luchar por el rap en Buenos Aires y difundir valores importantes como la humildad, el respeto, la unidad, la constancia, el trabajo y el esfuerzo”. Vértigo, cantante de tango y pieza fundamental de la banda, amplía la definición de su compañero: “Nosotros queremos concientizar a la sociedad de que se puede mejorar, tratar de buscar una manera de hacer bien las cosas”.
Una propuesta de rescate
Rimas de Barrio presenta un taller de Hip Hop en Piedra Buena. Está coordinado por vecinos, raperos profesionales del grupo Arte Rebelde Acciona (ARA), el colectivo Cine en Movimiento y el Club Malvinas Argentinas que presta el espacio físico porque su coordinador, Pepe Martínez, fomenta las iniciativas culturales en Piedra Buena siendo trabajador y cuidador permanente del club barrial.
El Ministerio de Seguridad de la Nación provee, por seis meses, los materiales de sonido y las computadoras. Además envía profesionales por apoyo social y gestionan recursos para el festival de cierre. Cine en Movimiento presta los elementos necesarios para grabar un video clip.
El Club Malvinas Argentinas y los vecinos continuarán con la idea de pensar una escuela de Hip Hop, ya que muchos niños y jóvenes participan de la iniciativa. Luego del taller, quedará registrada la producción audiovisual y los equipos de sonido serán donados a la escuela de Hip Hop que impulsa Arte Rebelde en Acción para el barrio Piedra Buena y la Villa 15 - Ciudad Oculta.
Daniel Campa, vecino de Piedra Buena y coordinador de los talleres, explica que abrieron el espacio con la intención de organizar cultura y “rescatar a los pibes de la vagancia desde un proceso creativo”. Les enseñan la cultura Hip Hop “para evitar la autodestrucción que genera la violencia y la calle”. Empiezan por explicar los cuatro elementos: DJ (compositores de música con discos y consolas), Break (baile), Grafiti (dibujos callejeros que presentan mensajes en código) y MC (maestro de ceremonias que acompaña al DJ cantando letras y rimas).
Buscan que cada joven encuentre su expresión en la cultura, por eso comparten información con música, videos y ejercicios de rima. “Queremos que esté a su alcance el conocimiento de los recursos tecnológicos, como las herramientas digitales para jugar a ser DJ, por ejemplo, con las computadoras que les dan en la escuela”, completa Campa.
A las cinco y media se acercan al anexo del Club Malvinas los primeros chicos: ocho, nueve y doce años. A las seis de la tarde el taller toma forma con los 20 participantes del día. Un tema instrumental suena de fondo para practicar rimas o proyectar unos bocetos de grafiti. En grupos pintan con aerosoles, sobre las paredes grises de Piedra Buena, figuras humanas y animales inmersas en mares o burbujas de colores, que transforma el paisaje de cemento en el barrio.
Luego, mostraron un video con una consola PAD Beat Maker que reproduce sonidos al tacto y crea ritmos para que un rapero pueda producir sus propias bases instrumentales. Los niños comentaron entre sí cuánto podría costar un instrumento como ese y abrieron al grupo la pregunta. El tallerista, Inti, les respondió que valía cerca de $ 3.000. Pero que podían construir instrumentos y crear música con poca plata y programas electrónicos. Entonces compartió que “un amigo de Río Negro armó una consola Beat Maker por $200 con una caja de madera y varios joystick”.
El grupo de jóvenes se junta después de la merienda de los chicos. A partir de la consigna “aprender a respetar” mientras otros exponen, prepararon una ronda para rimar a capela las letras que escribieron. Compusieron frases como “hacer rap es mi cura” o “esto va para que entiendan y comprendan/ que a través de la lírica y el canto/ podemos establecer otro contacto”.
Kevin de 13 años dio muchas vueltas por no haberla practicado, pero se alentó a cantar la poesía que compuso en el primer taller. Frente a las 30 personas que estábamos mirándolo, rimó estas palabras: “En Piedra Buena comandando el sistema/ Este es mi lema/ Yo toco líricas y poemas/ Solito resuelvo mis problemas/ Acércate que el hip hop no te quema”.
Inti señaló que el grupo avanzó porque lograron que fuera “la primera vez que todos nos quedamos callados en silencio y escuchamos”. Además, destacó que era importante que se sintieran cómodos con lo que escribieron, porque con más tranquilidad pudieron entenderse y darse cuenta de que crearon un eje en cada una de las letras.
Además, Víctor de Piedra Buena afirma que el taller crea un espacio para que los jóvenes “desde el arte lleguen a trabajar para expresar lo que les está pasando, porque eso a veces no pasa en las familias por los problemas de los padres”. Participa del taller hace menos de un mes y entiende que proponen un objetivo: “aprender a escuchar y ser escuchado, sacar a los chicos de la calle”.
En la ronda de “free style” con música que se arma al final en el taller de Hip Hop Rimas de Barrio, Priscila de 13 años improvisó rimas y encontró la forma de hacer frente a la timidez. El vecino y cuidador del Club Malvinas, Pepe Martínez, mencionó que por primera vez la joven se animó a cantar
Fuente: Facebuk del taller "Rimas de barrio" del Piedra Buena.
El Pepe sabe
ResponderEliminarQue genial.quisiera este tipo de talleres por los barrios de mi pais. Y que los que esten metidos en la cultura no se vallan siempre hacia el centro.
ResponderEliminarEl asunto del centralismo en las capitales o ciudades grandes siempre está presente!, pero te podemos asegurar que las escenas en las provincias o ciudades no tan populares son mucho mejor! Y podes empezar vos misma a dictar talleres para los chicos de tu barrio! sé precursora! Gracias por escribirnos Dominique!
EliminarSaludos!