E.E.R.: ¡Hay identidad!, entrevista con Malena Dalessio

Written By Fde on 4.2.13 | 4.2.13


En esta oportunidad les compartimos una interesante entrevista a la original integrante de Actitud Maria Marta, Malena. "Punteras en eso de crear hip-hop en Latinoamérica, la banda argentina de mujeres que van contra el sistema tiene una historia de convicciones y razones para un verbo fiero y con dignidad" asì introducen la charla con esta mujer y rapera que hizo del no callar un reflejo en cada canciòn... ¡Lean y enterense, comentarios bienvenidos!...



"La Fuerza de la mujer que alza la voz".

Desde siempre, quizá desde que tiene memoria, Malena D’Alessio lo sabe: la música le recorría el cuerpo y el cerebro. Había siempre escrito de la manera esa que se escriben textos para canciones y, naturalmente, se le pegaba al funk, al soul y a todos los géneros hermanos que, de alguna manera, han amantado el hip-hop.

Siendo aún una nena, como diría ella en su buen lenguaje de argentina que es, Malena llevaba con relativa calma eso de la música hasta que llegó el detonador, el hecho que, como quien es lanzado en una catapulta, la llevaría lejos de la zona de comodidad y la pondría en el camino por el cual es conocida: líder de la formación de peso femenino y contenido contestatario, Actitud Marìa Marta. Mujeres haciendo hip-hop, levantando la voz.

El detonador, el hecho que llevo a Malena D’Alessio a principios de los 90 a formar Actitud María Marta fue el indulto, esa medida que tomó en su momento el presidente de Argentina, Carlos Menem, entre octubre de 1989 y diciembre de 1990, para perdonar a militares y civiles que cometieron delitos durante la dictadura militar de 1976 a 1983.

A ella, hija de un padre desaparecido durante la dictadura, el indulto le hizo aflorar la fuerza y la necesidad de hacer algo al respecto. Su herramienta fue la música, y no cualquiera, la urbana.

Así es como Malena D’Alessio, y en su momento en complicidad con Alicia Del Monte, crea AAM y con canciones como Hijo de desaparecidos, Confusión, Disconforme o bien A mí me rebota y a vos te explota fueron maduran un nombre, pero también un lugar: se han ganado el respeto y admiración de artistas como Fito Páez, Control Machete, Public Enemy y de medios como Clarín, diario argentino que las nombró en 1995 la revelación del año.

Claramente, y sin pelos en la lengua, riman sobre los desaparecidos, el arte mediocre, los panfletos (te ponés la remera del Che y no sabés por qué, dicen en Confusión), entre otras cosas. Han ido haciendo su propuesta con el rap y el hip-hop por delante, pero con fusiones que van desde sonidos duros del rock hasta, más recientemente, ritmos propios argentinos y latinoamericanos e incluso reggae.

Vinculada siempre, tanto Malena como las Actitud María Marta en conjunto, al trabajo por una sociedad más justa, combativa, respetuosa y tolerante, con verbo firme que cree en la denuncia pero también en un mundo mejor. Así parece ser Malena D’Alessio y eso se puede entreleer en esta conversación.

Hablemos del detonador, del hecho que la llevó a formar Actitud María Marta.

Fue cuando se decretó el indulto. Tengo un padre desaparecido y eso, que dejaran libre a los asesinos de mi padre y de otras 30.000 personas más, me generó una profunda indignación. Eso me llevó a encontrar una herramienta que no fue la militancia política sino la música. La música era el lugar donde más cómoda me sentía.

”De igual manera, comencé el proyecto paralelo a mi participación en la organización ‘Hijos que busca hijos de desaparecidos, asesinados y exiliados por la dictadura militar’. Todo esto fue mi impulso en la música”.

¿Qué significo para usted entonces el indulto?

El indulto para mí fue como una espina atravesada de lado a lado y sentí la necesidad de lanzar mi voz y no quedarme con los brazos cruzados, y esa necesidad la sacié desde dos frentes: lo artístico, que siempre fue donde más cómoda me sentí, y en la militancia concreta con Hijos.

”Con Hijos hacíamos los desenmascaramientos de los genocidas; averiguábamos sus direcciones, ya que Menem los había liberado, y marcábamos sus casas para que la gente supiera que ahí, entre ellos, vivía un asesino. Esto caló muy positivamente en la gente y como metodología de protesta era diferente, porque lo hacíamos desde lo artístico, porque organizábamos recitales en sus puertas. Fue una forma de salir de la pasividad, de tomar las riendas del destino de uno”.

¿El pronunciarse con tanta vehemencia no solo contra la dictadura sino también más reciente contra las políticas de George W. Bush (Sonrisa macabra) le da temor? A veces puede ser poco seguro en un país represivo.

Los sentimientos que me movilizaron a lanzarme en esta aventura de un grupo de hip-hop fueron tan potentes que no hubo espacio para sentir miedo. También es cierto que cuando empecé el grupo, ya no estábamos en la dictadura y el riesgo no era el mismo; creo que de haber sido la época de la dictadura, no estaría acá conversando contigo.

”Creo que no solo se pueden llegar a correr ese tipo de riesgos que comprometan lo físico, sino que no se le cierran puertas...”.

Ese era un punto que quería tocar. ¿Por la posición contestaria se le cerraron las puertas de las radios, las disqueras, lo habitual en este camino?

Ese riesgo tampoco me importó, porque yo no hice esta carrera para llegar a esos lugares. Mi afán siempre fue ser feliz y sentirme orgullosa de lo que hago. Hay gente que se dedica al arte desde otro lugar y le interesa llegar al estrellato a como dé lugar, ese no es mi caso.

”Eso no quita que también está mitificado que si uno toma este camino de compromiso político y social, forzosamente tiene que quedar discriminado del circuito musical comercial. Digo que es un poco un mito, porque hay artistas que se autoreprimen creyendo que van a quedar relegados”.

¿Cómo llega a esa conclusión?

Si una conclusión saqué de mis viajes por Latinoamérica fue que hay muchísima demanda de escuchar otra cosa de lo que suena en las radios. Hay demanda de escuchar otro discurso y esto uno lo sabe hasta que sale a la calle y lo comprueba. Uno a veces se cree que está solo, pero no, y más en esta Latinoamérica, que está reidentificando su concepto del ser latino.

”Por un lado tenemos esa imagen del ser latino que nos viene de Estados Unidos, que es Shakira y Ricky Martin, y tenemos por otro lado toda la reivindicación que se está haciendo desde la política y desde lo social de la estética latinoamericana y no la impuesta. Entonces, sí hay cabida para todo lo que hacemos y para generar un circuito comercial que no es algo que yo veo como negativo. Puede haber una alternativa de música con contenido. Si quedo en el underground, quedaré y para mí está bien”.

Siendo AMM un grupo de nombre fuerte en Suramérica, vienen a Costa Rica, un territorio nuevo para ustedes. Me parece que no tiene problema en esto de empezar de cero, varias veces.

Cuando uno es feliz con lo que hace no importa, como tú dices, empezar de cero. Uno llega a donde quiera llegar y sabiendo que no hay una maquinaria que le imponga a uno. Uno no está por una estrategia de consumo sino porque hubo una verdadera receptividad de lo que uno hace; gente genuina y no artificial como muchas veces sucede con lo que uno conoce como música comercial. A veces, a uno le gana el cansancio, y de tanto bombardeo mediático termina uno tarareando canciones bastante bobas (ríe).

¿En AMM es fundamental el respeto al micrófono y al escenario?

Sí, el respeto al micrófono, al escenario, a la coherencia y a la palabra también.

¿Sienten que han contribuido a madurar un hip-hop y rap latinoamericano? Han demostrado que con la sonoridad y el contenido lo que hacen dista de la propuesta que nos llega de los Estados Unidos.
El rap latinoamericano está cobrando una identidad propia. Es un género que ha crecido vertiginosamente alrededor del planeta. Hay rap árabe, japonés, africano y todo con una impronta propia. En Cuba hacen un rap desde su lugar, desde su lenguaje y todo el tiempo renovándolo y recreándolo.

”En nuestro caso es evidente que hacemos un rap muy argentino, es evidente hasta en nuestra forma de hablar. Así que, si hay algo de lo que no nos pueden acusar es de que no tenemos identidad; puede gustar o no, pero que hay identidad... ¡hay identidad!”.


Extraido de La Naciòn de Costa Rica.

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