Así como los DJs realizan sus mezclas, este documental fue realizado cortando y pegando escenas archivadas de los suburbios de Nueva York de los 60s y 70s donde se sentía el latir de lucha del Black Power en su apogeo. El clima de descontento social, los discursos de Angela Davis, el ritmo suburbano y las ganas de cambio son las características de esa época qué tanto dejó impronta en el movimiento del Hiphop, ¡te lo recomendamos a full!
The Black Power Mixtape 1967–1975
Título original: The Black Power Mixtape 1967–1975
Dirección: Göran Hugo Olsson
Guión: Göran Hugo Olsson
Música: Questlove, The Roots
Producción: Joslyn Barnes, Danny Glover, Tobias Janson, Annika Rogell
Montaje: Hanna Lejonqvist, Göran Olsson.
País de producción: Suecia
Año: 2011
Duración: 96 min.
Sinopsis: Entre 1967 y 1975 las calles de Harlem y Brooklyn, y de otros puntos de los EEUU, latían al rimo del Black Power. Los ecos de la revolución llegaron hasta Suecia, de donde partió un equipo de reporteros para captarla. Pero las bobinas que grabaron quedaron durante 30 años enterradas en un sótano de la televisión sueca, de donde Göran Olsson las rescató para hacer esta “mixtape”: nueve cortes en los que se puede ver a algunos combativos dirigentes del Black Power, el ambiente que se respiraba en la comunidad negra de los setenta y otras imágenes nunca antes vistas.
Antología oral de una lucha
Por Daniel de Partearroyo
Una de las numerosas capas de interés de ‘The Black Power Mixtape 1967-1975′ consiste en su condición de documento histórico que guarda registro audiovisual de la lucha por los derechos civiles del pueblo afroamericano en Estados Unidos, pero cuya mirada, curiosamente, procede de un grupo de periodistas de la televisión sueca desplazados a Nueva York y California. Dichos reporteros grabaron durante los años de apogeo del movimiento Black Power varios reportajes, mítines y entrevistas con grandes representantes y dirigentes de los Panteras Negras (Stokely Carmichael, Eldridge Cleaver, Huey P. Newton, Elaine Brown, Angela Davis…) que nunca llegaron a ser emitidos. Hace un año, el documentalista Göran Olsson dio con el material y decidió hacer su propio montaje cronológico (más que la remezcla con la que invita a soñar el título) seleccionando las aportaciones más interesantes. El resultado es un trabajo didáctico, impresionista y reportajístico que traslada con eficacia al corazón reivindicativo de la época y, más que por la atracción de unas imágenes que destacan por su textura de inmediatez televisiva, apuesta por hacer de la palabra el hilo conductor.
Entre los testimonios recogidos in situ durante finales de los años 60 y principios de los 70 se intercalan declaraciones y reflexiones en voz over de personalidades que hoy en día siguen cuidando el legado del movimiento y actualizan la lucha permanente por la identidad negra, como profesores universitarios, la cantante Erykah Badu, el músico Questlove, la poetisa Sonia Sanchez o el cineasta Melvin Van Peebles, entre muchos otros. De hecho, otro de los aspectos que hay que destacar del trabajo de Olsson es cómo permite que el pasado dialogue en cierto modo con el presente, por ejemplo, haciendo que la esencial y elocuente Angela Davis de 2010 se alterne con sus palabras en una entrevista que concedió en prisión en 1972.
Desde la cárcel, Davis hablaba de cómo las acusaciones de violencia que ella y el Partido de los Panteras Negras recibieron chocan con la realidad de los ataques (no sólo físicos, sino verbales, culturales, políticos y legales) que ella, los miembros de su generación y todas las generaciones anteriores de afroamericanos habían vivido a lo largo de la Historia. Años atrás, Stokely Carmichel hablaba sobre Martin Luther King, el funcionamiento del boicot y la inoperancia de la resistencia pasiva. Conocido sobre todo por sus discursos poderosos y furiosos, uno de los momentos más emocionantes de la película es cuando el fundador de los Panteras Negras entrevista a su propia madre acerca de la pobreza y la discriminación sufridas por su familia. Simboliza la tensión con el pasado y el recuerdo que se materializaba dentro del propio movimiento negro como impulso hacia un futuro libre, y que el film de Olsson no puede evitar tratar con cierto ánimo embalsamador.
Fuente: Nikonecons.com
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