Una vez habíamos oído el nombre de Advertencia Lírika, un duo de MCs mujeres de Oaxaca, pero hace poco tiempo nos llamó la atención que una de sus integrantes se había lanzado solista con unas letras más que interesantes. Compartimos con ustedes lectores amigxs este artículo para que conozcan a Mare, de raíces indigenas, reflexiva y combativa en iguales cantidades, ¡chequen!
Con su rap, Mare despierta la conciencia femenina
Por: Yunuhen Rangel Medina y Anayeli García Martínez
Desde adolescente, Mare Advertencia Lirika –joven compositora e intérprete de 26 años– descubrió que un arte musical que conjuga la poesía, el graffiti y la indignación es el rap y el hip-hop, y aunque aclara que de ninguna manera se considera feminista sus letras están llenas del deseo de despertar la conciencia de las mujeres.
Para Mare, como se hace llamar esta oaxaqueña de origen zapoteco, la sociedad no valora el arte como lo hacen las comunidades indígenas, donde la música, la danza y la pintura son parte de la cotidianidad, y donde cada prenda de vestir es un despliegue de colores, trazos, significados y una muestra de la cosmovisión ancestral.
En charla con Cimacnoticias, la joven dice que llegó a ser rapera porque desde niña observó cómo las y los jóvenes pintaban graffitis en sus libretas a la vez que escuchaban hip-hop.
“A mí también me gustaba la poesía; cuando era niña mi mamá era de leernos, no cuentos de la princesa sino novelas, cuentos, leyendas, ese tipo de literatura”.
A partir de la influencia de su madre y de la lectura de libros de poesía, Mare encontró que ella también podía escribir versos. A este proceso se sumó el asesinato de su padre, un hecho que hizo que su familia abandonara la sierra oaxaqueña. “De pronto a los cinco años asesinan a mi papá y toda esta situación comienza a generar repercusión”, recuerda.
Apenas siendo una niña, Mare asumió el rol de adulta. “Yo soy la mediana pero de cierta manera tuve que adaptarme al papel de la mayor porque yo fui la que estuvo más entera emocionalmente. En ese momento tuve la necesidad de ayudar a mi mamá, entonces asumí el rol del hombre de la casa, tanto hacia la comida como lavaba la ropa, como cambiaba la luz, sacaba el agua del pozo o ponía el gas”.
La adolescente que estudiaba secundaria, que era migrante, indígena y fungía como jefa de hogar, en casa se encontró sin identidad. “Estaba como en el limbo en ese momento, de pronto encuentro el graffiti, el rap”.
En internet se pueden encontrar las producciones musicales de esta joven, como “Experimental prole” y “Qué mujer”.
Mare creció cuando en México estaba en auge el hip-hop y el rap. Conoció el trabajo de los grupos “Los Caballeros de Plan G”, en Durango, y “Vieja Guardia” del DF y Estado de México. “Esos dos grupos fueron los más fuertes en ese momento, los conozco y era como estar repitiendo sus canciones, de estar haciendo cosas tuyas y encimarlas”.
En estos géneros musicales es muy raro ver a las mujeres, por ello destacan nombres como el de la española Mala Rodríguez o de la egipcia Mayam Mahmoud, quien es una sensación en el Medio Oriente porque además de ser mujer y rapear con el velo sobre la cabeza (al estilo musulmán), escribe versos sobre temas tabúes para la cultura árabe, como los derechos femeninos.
Sobre este tema y las influencias de otras cantantes, Mare dice: “En realidad yo no conocí una mujer hasta hace unos pocos años. Jumbo de Magisterio fue de las pioneras en México; a ella la conocí antes de que yo rapeara y fue de mis influencias porque era nuevo ver a una mujer hablando en público”.
“Yo tenía 16 años cuando empecé a rapear; de hecho fue en octubre la ocasión en que nos invitaron a tocar en un evento en la universidad y después en una expo de grafitti; eran pocos los espacios. Nosotros fuimos la primera generación de raperos y raperas en Oaxaca”.
Mare abrió brecha junto con Itza y Luna, dos cantantes más que tomaron los espacios públicos. “El rap me dio eso: la opción de ser lo que soy y es aquí el primer lugar en el que me sentí valorada. Cuando empezábamos a salir les daba gusto ver a mujeres rapeando. En otro lugar, quizá, nosotros no hubiéramos tenido importancia”.
Ahora la joven escribe versos de protesta llenos de indignación y de temas que para ella son relevantes. “La otra cuestión es que el contexto político y social de Oaxaca es muy específico. Particularmente me considero activista dentro de mi parte cultural, pero también participó con organizaciones, en eventos políticos y culturales, feministas; yo estoy muy abierta a la gente a la que le sirva mi música”.
Pero a pesar de que su música habla de la discriminación de género, de la violencia hacia las mujeres y de las violaciones a los derechos femeninos, Mare es contundente y aclara que no es feminista. “Siento que al feminismo le falta todavía encontrar muchas caras. A veces yo he preferido mantenerme neutral en ese sentido”, explica.
La rapera también despierta la conciencia de las mujeres y por ello se ha sumado a las propuestas acústicas de jaraneros, jóvenes que cantan reggae, rock, funk, jazz y cualquier proyecto que influya sobre la vida de las mujeres. Y para dar muestra de su arte improvisa y nos canta:
“¿Y tú qué esperas?
Mujer, en los tiempos del cáncer de mama
Cuando el machismo mató a muchas hermanas
Fueron perseguidas como brujas las lesbianas
Entre abortos clandestinos, Sida y trata de blancas
Una entre tantas
De tantas y tan pocas
De las que como yo han sufrido las derrotas
Siempre tan igual y tan diferente a mis otras
Si somos mayoría es sólo en las cifras rojas
¿Y tú qué esperas para buscar tu verdad?
La vida se va extinguiendo en medio de la oscuridad
¿Y tú qué esperas para dejar de esperar?
Hazlo por ti, por nosotras, avanza ya”.
“El arte lo que hace es sensibilizar a la sociedad. Si yo sólo hablara con las personas directamente no les llegaría como cuando escuchan la música. Es una herramienta de comunicación y lo es la gráfica, la danza; todo constituye una trascendencia emocional en las personas”, concluye.
Fuente: Cimacnoticias
0 comentarios :
Publicar un comentario