E.E.R.: El Hiphop es histórico

Written By Fde on 16.7.13 | 16.7.13


Compartimos con la muchachada de amigos y amigas amantes del rap rebelde un suculento artículo escrito por el colectivo Lumpen Crew, desde al activismo jipjop del vecino país. En esas zonas, el 2h activo que se organiza e incide en las realidades de los barrios ya tiene una importante tradición y camino hecho, son constantes los materiales que suelen compartir contando sus acciones. Acá podrás conocer un poco más esa movida, ¡de frente y marche por un hh que contribuya a cambiar las cosas!



A fines de la década de los 60′s el partido de los Pantera Negras por la Autodefensa se había extendido por gran parte del territorio norteamericano como un germen, en especial en los barrios afroamericanos, donde se crearon programas destinados para satisfacer las necesidades de las comunidades, como educación, formación política, comedores comunitarios, clínicas populares, redes de solidaridad con los combatientes presos, medios de contrainformación, cooperativas de viviendas y la autodefensa del pueblo frente a la sistemática violencia desde el estado, las leyes y su policía. Estos espacios en su época fueron el núcleo de una coalición de movimientos revolucionarios con una fuerte identidad étnica y social, como lo expresaba una de sus principales consignas: “Power to the people” (poder para el pueblo).

Sin embargo, la intervención del gobierno yanqui a mediados de la década de los 70′s, de la mano de su aparato represivo y de inteligencia conocido como FBI, logró aniquilar este potente proceso social, dividiendo a la organización, encarcelando, anulando los programas comunitarios, introduciendo el crack (droga similar a la pasta base, pero mas brígida) en los barrios, desatando el miedo, la represión y adormeciendo la conciencia de la poblacion.

En este contexto de derrota y fragmentación social a fines de los 70, surgen desde diversos barrios marginales, formas culturales de expresión que se manifiestan como una respuesta a la opresión propia de la diferencia de clases en EE.UU., donde su principal conflicto y resistencia va dirigida contra la discriminación y exclusión que sigue existiendo por parte del gobierno yanqui hacia afroamericanos, latinos e inmigrantes, todos pobres bajo el yugo capitalista. Fiestas en el barrio, Grafitis y Tokatas soundsystem son parte de la iniciativa que tomamos los oprimidos para reunirnos y crear instancias de recreación y solidaridad, que nos alejara de las prácticas nocivas de la vida de pandilla que había instalado el aparato estatal.

De esta manera, la acumulación de fuerza organizativa del HipHop nació de la creatividad de la comunidad, en torno a actividades de carácter educativo, artístico y cultural. Estas instancias despertaron e hicieron reflexionar a los pobres y explotados de su condición de hacinamiento, del abuso a los que eran sometidos por las fuerzas policiales, la venta y el consumo de drogas y el alto grado de violencia entre pares y pandillas.

Es aquí, donde el HipHop comienza a tomar forma y se visualiza como una base identitaria de resistencia cultural, como un conjunto de expresiones alternativas a la ideología y valores de la clase dominante.
En el caso de Chile, ya en los 80, el HipHop fue difundido principalmente a través de los medios de comunicación masivos, a pesar de esto, éste tuvo un significativo arraigo en la juventud popular chilena. El HipHop como expresión cultural se adaptó a un escenario de similares condiciones socioeconómicas a las de los ghettos estadounidenses, donde dio sus primeros pasos, adquiriendo e irradiando sus distintas manifestaciones culturales. Así como los pobres de Estados Unidos dieron vida al hiphop desde sus barrios y comunicando su realidad, los pobres de Chile lo hicimos en las poblaciones manifestando la nuestra.




Si bien el HipHop en un principio no fue utilizado intencionadamente como una herramienta política al servicio de la lucha de clases, si fue un grito de expresión de los pobres y que sirvió en ambos contextos particulares – En Estados Unidos y en $hile – a la concientización social de los sectores marginales y dominados, contribuyendo a su recomposición cultural e identitaria.

Toda esta reflexión histórica, en conjunto con nuestro análisis político actual y la discusión colectiva nutrida por distintas experiencias entorno al HipHop, nos han servido para sacar algunas conclusiones, las cuales quisimos compartir y no representan una verdad absoluta ni nada por el estilo, por el contrario, está sujeta a críticas y sugerencias de los compañeros y compañeras que quieran nutrir el debate.

En este sentido, como colectivo Lumpen Crew nos planteamos la siguiente pregunta: ¿El HipHop posee una definición específica, rígida e incuestionable, es decir, una esencia?. Colectivamente hemos llegado a nuestras propias respuestas.

Tal como cualquier manifestación cultural que nace desde el pueblo, la cual puede tanto afectarlo como favorecerlo, el HipHop también tiene sus matices y obedece a un contexto histórico, es decir, se encuentra en una constante reinvención y transformación dependiendo de su realidad concreta, nutrida por el contexto político-social, por lo que no posee una esencia, ya que al buscarla, nos encontramos con que el HipHop no es algo ya acabado, como un manual de recetas, un dogma o una religión, como sí lo conciben algunos sectores que fortalecen el fundamentalismo hiphop, sectarizando la cultura y de este modo desmovilizando al pueblo. Creemos que el HipHop está en constante dinamismo e interacción con el contexto y los procesos históricos sociales de los distintos pueblos y los sujetos que lo componen.

Lo anteriormente propuesto, da cuenta de que son los hombres y mujeres, sus relaciones, intereses y la creatividad popular, quienes dotamos de vida y le damos sentido al HipHop. Es por esto, que la neutralidad en el HipHop no existe, ya que su contenido lo proporcionan sus protagonistas, sea explícita o implícitamente. En este sentido, el HipHop a pesar de haberse producido en barrios marginales, posee diversas contradicciones, las mismas que cruzan y tensionan a toda sociedad de clases; reproduce valores solidarios y colectivos o antivalores individualistas y competitivos, regenera la dignidad del pueblo o denigra a las mujeres con el machismo, puede estar al servicio del capital y la industria cultural burguesa o al servicio de la liberación de los oprimidos y sus proyectos… y es en esta última trinchera donde como Lumpen Crew nos posicionamos.
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