Home » , , , , , , , , , , , » E.E.R.: Al ritmo de una indignacion alegre, Rimando entre Versos y la persecucion policial en Cordoba

E.E.R.: Al ritmo de una indignacion alegre, Rimando entre Versos y la persecucion policial en Cordoba

Written By Fde on 27.1.14 | 27.1.14


Los Rimando entre Versos son una banda que surge de un taller en un barrio de Cordoba, de esos que suelen empujar a los chicos y chicas de sectores carenciados a canalizar su expresión con arte y Hiphop. Por otro lado en la provincia, la juventud sufre de hace mucho tiempo del hostigamiento policial, un Codigo de Faltas viejo aún vigente, detenciones por "portación de cara" y una persecución sin medida que atenta contra los derechos ciudadanos. A esta situación le ponen el pecho los Rimando y enterate cómo...





Al ritmo de una indignación alegre.
Por Emanuel Rodríguez

Rimando Entreversos es un colectivo de raperos de barrios marginales. Desde sus inicios en 2012 han grabado un disco llamado “Desde abajo y a pulmón”, en el que le oponen creatividad y talento a la durísima realidad que les toca vivir a diario.

A Jonathan Díaz le gusta que lo llamen por su verdadero nombre: “El Negro Joni”. No dice “sí”, dice “siempre”, y tiene un modo de hablar y de moverse rítmico y frontal, amable y abierto, una pose de profeta histriónico y una actitud a prueba de prejuicios. Su hermano Nico llora si el sol le da de frente y por eso y por tunearse usa lentes oscuros enormes. Viven en El Tropezón, con 16 y 17 años, respectivamente, ejercen una docencia militante y barrial con herramientas de la cultura hip hop adaptadas a la durísima realidad de los adolescentes cordobeses condenados a la arbitrariedad del Código de Faltas. Rapean como pequeños dioses no reconocidos por sus fieles, y en sus canciones redimen a sus agresores, los convierten en una obra de arte. Lo que antes era un policía abusivo, ahora es un verso en una canción que te hace bailar. Hay algo milagroso en eso.

Emiliano D’ La Ghetto complicó su nombre al estilo gangsta y se vistió al tono: remera de béisbol y gorra más grande que su cuerpo. Se dedica a la improvisación y verlo en funciones es electrizante: de una galera invisible saca un vocabulario profuso y certero y logra rimar sin que suene forzada una apreciación lúcida sobre la marginalidad y las drogas y el rol del Gobierno en esa coyuntura.

Mía es la más pequeña: 15 años y actitud tímida, un retraimiento educado, hasta que le dan un mic y empieza a rapear sus letras, que son todo lo contrario y que te hacen bailar al ritmo de una indignación alegre.

Los cuatro forman parte de Rimando Entreversos, un encuentro de jóvenes raperos de sectores urbano-marginales de la ciudad de Córdoba, reunidos por la fundación La Morera, que hoy será el número central del Festival Cultura Despierta. En la Plaza de la Intendencia, los chicos y chicas de Rimando presentarán su primer disco, Desde abajo y a pulmón, una demostración contundente de cómo el hip hop puede canalizar la potente creatividad de chicos que la pasan mal cada vez que uno de los muchos, muchísimos policías violentos de la Provincia de Córdoba aplica su batería de prejuicios y su equivalente legal, el Código de Faltas que habilita la detención por “merodeo”.

La “portación de rostro” es justamente uno de los principales temas de los que hablan estos raperos formados en la escucha de rap hispano y reguetón, y en talleres con referentes locales como el Negro Chetto. Se fueron acercando a la música por distintos caminos pero ahora comparten uno: la idea de decir lo que piensan y sienten, la idea de romper así los moldes de una de las ciudades más atravesadas por los prejuicios de clase.

Tirando pistas 
Mía cuenta que todo empezó cuando el Negro Chetto les dio a ella y a su hermana unas pistas para que ellas rapearan encima, y entonces se pusieron a escribir letras “sobre lo que pasa en la realidad, lo que pasa con la Policía, todo”.

“Al principio fue difícil insertar la cultura del hip hop, pero con el tiempo el barrio lo fue aceptando”, cuenta el Negro Joni. “Y que nosotros estemos ahí, cantando para la gente, cantando por la gente, hace que nos apoyen mucho. Incluso la gente grande nos dice que sigamos para delante, que le metamos porque tenemos un buen futuro”.

“La gente que vive encerrada en un country no conoce lo que es vivir en un barrio pobre. Nosotros cantamos sobre eso”, dice Nico. Joni corrige: “También hay gente que sí conoce lo que pasa pero lo tapa con la mano”.

Emiliano dice que “ellos” ven siempre “la parte mala, cuando nos juntamos dicen que somos todos lo mismo, y nunca ven que está el que estudia, el que quiere hacer música, el que quiere pintar, el que hace algún deporte…”. Él, justamente, juega al béisbol, y eso, como no encaja con la imagen típica del chico de barrio San Roque, le trae muchos problemas cada vez que la Policía lo ve caminando con su bolso y su gorra.

Ese paisaje de violencia social es el escenario principal del disco: un contexto que los chicos intentan cambiar desde abajo con sus canciones mientras sobreviven gracias a changas de jardinería o trabajos de ocasión: “Hemos hecho de todo en la vida para ganar una moneda, pero siempre laburando, nunca le complicaríamos la vida a nadie para que la nuestra sea mejor”, dice Joni.

Impro con autoridad
Emiliano D’ La Ghetto baja la cabeza un instante en busca de algo que ya encontró. Les acabo de pedir que improvisen e inmediatamente Joni empieza a tirar las bases con su capacidad para el beatbox. Emi cierra los ojos y arranca: “Bueno, señor José Manuel/ usted puede creer/ que hay muchos chicos con hambre/ hay Paicor que se están cerrando/ en las escuelas/ dime cómo puedo estudiar/ si después me quedan las secuelas/ del hambre/ de todos esos chicos de las villas y de barrio/ que muy difícil situación están pasando/ y veo cómo están luchando/ sí/ hay que crear otra política/ no como la sucia que hace la policía/ de prepo/ y con el código de faltas/ y qué mal te trata/ si por un rato uno está parado/ la policía porque lleva la placa/ se cree que puede pasarte por encima/ es la verdad que yo te traigo en esta rima/ sí/ señor José Manuel de la Sota/ le digo/ que usted vive en otra”.


Fuente: Diario La Voz

Los Rimando entre Versos así como otros artistas se han manifestado contra el accionar del hostigamiento y persecucion policial que trajo la creación del plan llamado Departamento de Ocupación Territorial de la Policía de la Provincia de Córdoba, una especie de medida "tolerancia cero" que bajo la máscara de brindar seguridad y velar por el orden abala la "militarizacion" de los barrios con medidas invasivas.



“El DOT es una suerte de Estado de sitio para los jÓvenes morochos de las barriadas”
Entrevista a Esteban Rodriguez (Colectivo de Investiogacion y Acción Juridica de La Plata)

"La del DOT es una de las típicas medidas ´tolerancia cero´”, explica Esteban Rodríguez, y explicita que la “tolerancia cero” ha amplificado las tareas para la policía y, junto con ello, “sus facultades discrecionales”.

- Se dice que la policía está para prevenir el delito
- Claro, prevenir significa demorarse en aquellas conductas colectivas cotidianas que si bien no constituyen un delito estarían creando, supuestamente, las condiciones para que tenga lugar. Esas conductas están asociadas a determinados colectivos de pares referenciados como productores de riesgo. El problema son los estilos de vida, las pautas de consumo, las estrategias de sobrevivencia (como por ejemplo la venta ambulante o los cuidadores de coches) y pertenencia (juntarse en las esquinas, usar los espacios públicos para escuchar música, charlar, pintar grafittis, etc.) que desarrollan estos grupos de pares para resolver problemas materiales o identitarios. Estrategias que son redefinidas por los funcionarios como hechos vandálicos.

- ¿Qué rol puede jugar el DOT?
- Hasta ahora la ´tolerancia cero´ se empleaba en el centro de la ciudad y se actualizaba a través de las ´detenciones por averiguación de identidad´. A través de las detenciones sistemáticas, la policía le marcaba el territorio al pibe. Cuando un policía detiene a un joven en el centro lo que le está diciendo es que no lo quiere ver más por ahí, que regrese a su barrio. Ahora, a través del DOT se trata de llevar la ´Tolerancia Cero´ a los barrios más humildes. Con ello, se establecerá una suerte de estado de sitio para los jóvenes morochos de aquellas barriadas. Esto es una violación de los derechos humanos: confinando a los jóvenes en sus barrios, se les impide el acceso a la ciudad, se viola el derecho a la identidad, a la recreación, a la reunión, a circular libremente.

- Política de diálogo cero…
- Si para la policía común pasear era merodear, juntarse en la esquina era visto como ´disturbios´, y el cuestionamiento como ´resistencia a la autoridad´, con el DOT eso directamente no pasará. Porque el DOT es una fuerza de choque, un grupo especial formado y entrenado por la Infantería. No es un grupo que estará abierto y dispuesto al diálogo, sino a la acción directa. De hecho, etimológicamente, infantería viene de infante, que significa, ´el que no habla´. Cuando llega la infantería, cuando llegue el DOT, llegarán para intervenir a través de la fuerza, nunca a través de la palabra. Razón por la cual esta fuerza, lejos de crear mejores condiciones para dialogar, va a profundizar los malentendidos y las conflictividades sociales.

“Usinas del miedo”
Para Esteban Rodríguez la militarización de los barrios pobres lo único que hace es estigmatizarlos, porque “tienden a certificar los prejuicios que ya cargan estos lugares que son vistos, como diría la antropóloga María Carman, como ´usinas del miedo´, productores de inseguridad, delitos”. De esa manera "los pobres son revictimizados con las políticas de seguridad”. 

- ¿Hay otra seguridad?
- En la Argentina la seguridad sigue abordándose desde el paradigma policialista. Seguridad es igual a policía y esa policía está para custodiar el orden público y las espaldas del funcionariado de turno. Por el contrario, somos muchos los pensamos que la seguridad no empieza y termina en la policía. Sin lugar a dudas, la policía es una agencia importante. Pero cuando los conflictos sociales son multicausales se necesitan respuestas multiagenciales. De allí que los ministerios de seguridad tendrían que ensayar alianzas estratégicas con otras agencias del mismo Estado para hacer frente a conflictos que tienen causas muy diversas. Eso por un lado, porque por el otro, desde el paradigma de la ´seguridad democrática´ no se trata de proteger al Estado de la sociedad sino los derechos fundamentales de los ciudadanos.


Y, como si fuera poco de hace casi siete años se organizan las "Marchas de la gorra" contra el Código de Faltas que rige en la provincia y que perjudica a los jóvenes de sectores marginales que son quienes padecen estos accionares autoritarios, detenciones "por portacion de rostro", autoritarias y anticonstitucionales entre otras.



Córdoba: un "estado policial" que criminaliza la pobreza

Pese a la extorsión uniformada, las leyes locales aún otorgan a los efectivos facultades discrecionales, y por fuera del control político de la gobernación.

La primera fuerza policial del país que se acuarteló en diciembre pasado, algunos de cuyos efectivos están detenidos y debieron declarar ante la justicia, también es una de las más cuestionadas por su propia ciudadanía. Hace siete años que en Córdoba se realiza todos los 20 de noviembre la Marcha de la Gorra, una manifestación que empezó con un grupo de jóvenes de los barrios pobres de la capital mediterránea que habitualmente usan gorra y vestimentas amplias, quienes son identificados y detenidos por la policía amparada en el Código de Faltas (CF). A esta marcha se le fueron sumando organizaciones políticas y sociales que pelean contra detenciones arbitrarias y anticonstitucionales.

Los especialistas opinan que el acuartelamiento y extorsión policial del 3 y 4 de diciembre en la provincia que gobierna José Manuel de la Sota, y por el que consiguieron de un día para el otro un aumento salarial del 33%, tiene muchos orígenes. Sin embargo, aseguran que el CF, un reglamento que habilita a la policía a detener a jóvenes bajo la figura de "merodeo", es decir sólo por circular por lugares públicos habilitados para cualquier persona, le "regala" un poder a la policía que deviene en autonomía de la fuerza del poder político. 

Pero, en diciembre ese sistema de control social a cambio de mayor poder policial, estalló por el aire y terminó en saqueos. A comienzos de este año, 16 policías fueron detenidos y acusados de presuntos delitos de desobediencia a la autoridad e instigamiento a cometer delitos y extorsión. Por lo pronto, el fiscal de Distrito III de Córdoba, Raúl Garzón, ya rechazó pedidos de excarcelación. 

Horacio Etchichury, abogado, profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) e investigador del Conicet especializado en derecho constitucional, aseguró a Tiempo Argentino que, más allá de que el acuartelamiento tiene muchas causas, el CF "le da a la policía una gran autonomía de actuación, ya que le permite controlar la calle a través de los arrestos. Esa autonomía va pareja con una organización jerárquica interna y con la ausencia de un mecanismo de representación por fuera de esa jerarquía". Y agregó que el CF "refuerza el poder de los jefes, les permite controlar la calle y decidir sobre los arrestos y los subordinados”.


Una investigación realizada por el Espacio de Resistencia al Código de Faltas, del que participaron la UNC y la Universidad de La Rioja, de España, entre varones cordobeses de 18 a 25 años, denuncia que del total de los encuestados detenidos por aplicación de este CF, el 70,5% fue por aplicación de las figuras denominadas como "merodeo", "negativa a identificarse" o "portación de llaves o ganzúas". "Este dato es relevante si se observa que estas figuras se refieren a situaciones o estados en que cualquier persona se puede encontrar mientras transita por la vía pública. No se refieren a acciones lesivas concretas o potencialmente lesivas", destaca el informe. Y asegura que la detención "depende de una decisión discrecional de la policía, decisión que siempre será arbitraria desde que las normas analizadas no contienen criterios determinados para la selección”.

Asimismo, da cuenta de que el número de detenciones de jóvenes en la vía pública asciende a medida de que descienden sus ingresos. El informe muestra que el 68,1% de los detenidos por aplicación de las tres figuras pertenece a barrios de nivel de ingresos bajos, mientras que sólo el 19,4% se corresponde al nivel de ingresos medio y un 12,5%, a barrios de nivel de ingresos altos (ver recuadro).

Las figuras merodeo, negativa a identificarse y portación de llaves adulteradas, inventadas por la misma policía, son aplicadas contra personas, en general varones jóvenes, que son encasilladas en un estereotipo y que son detenidos por lo que los mismos agentes argumentan como "olfato policial". A su vez, el informe destaca que uno de los criterios construyen el estereotipo es "la pertenencia a un barrio de bajo nivel de ingresos". 

Ana, del Frente Organizado Contra el Código de Faltas, un espacio donde convergen organizaciones de Derechos Humanos, gremiales, universitarios y territoriales, asegura que "el estallido social impulsado por la policía que, a su vez se desbordó por el enojo de la gente que está cotidianamente perseguida y criminalizada, puso en evidencia de que la gobernabilidad de de la Sota sin el aparato represivo, no se puede sostener". 

"Hoy, en Córdoba, se vive un estado policial. Crearon el Departamento de Ocupación Territorial que son cuerpos policiales que tienen poder de entrar en lo que ellos llaman 'zonas rojas' y pueden actuar preventivamente. Incluso tienen helicópteros con cámaras para detectar movimientos nocturnos. Todo esto lo hacen con la excusa de luchar contra el narcotráfico, pero el año pasado, en Córdoba, estalló el escándalo del narcotráfico en el que estaban involucrados altos mandos de la policía, y quedó en evidencia la corrupción interna de la fuerza", denuncia la militante de ese espacio.


Figuras legales contrarias a la Constitución

Los policías cordobeses están acusados ante la justicia por presuntos delitos de desobediencia a la autoridad e instigamiento a cometer delitos. Asimismo, con el CDF, los uniformados cometen de manera sistemática el delito de violación de derechos consagrados en la Constitución Nacional.

Las figuras de merodeo, negativa a identificarse o portación de llaves o ganzúas resultan inconstitucionales por tratarse de un derecho penal violatorio del artículo 19 de la Constitución Nacional, que consagra que "ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe".

El 77,7% de los encuestados indicó algún aspecto de su atuendo como relevante a la hora de la detención. La conducta discriminatoria por parte de la policía es contraria al artículos 5º de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial y al artículo 26º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. También afecta al derecho a la igualdad consagrado en el artículo 16 de la Constitución.

Otro dato: el 3,4% de detenidos por aplicación del CDF no conoce la infracción por la que fue detenido. Conocer la razón por la que uno es privado de la libertad es una garantía que se enmarca dentro de un derecho más amplio referido al debido proceso. El debido proceso (legal y sustancial) constituye un derecho fundamental de las personas que posibilita el ejercicio del derecho de defensa y se encuentra expresamente contenido en los artículos 18 de la Constitución Nacional y el 39 de la cordobesa.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos establece, en su artículo 8, un "conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales para que pueda hablarse de verdaderas y propias garantías judiciales según la Convención". Y garantiza como "un derecho humano el obtener todas las garantías que permitan alcanzar decisiones justas".



Fuente: Info news.com


SHARE

About Fde

0 comentarios :

Publicar un comentario