Reencontrando a Mystic

Written By Unknown on 17.3.16 | 17.3.16


Juan Data en exclusiva nos hace la onda desde los States y se toma un cafe charlando con Mystic. Entrevista con una de las más geniales y creativas raperas yanquis que hemos escuchado. Fijate lo que nos cuenta y de paso, ¡conocéla!



Reencontrando a Mystic
Por Juan Data
           
A comienzos del 2001 el mundo era bastante diferente; las torres gemelas de New York todavía no habían caído, Bush era el presidente de los Estados Unidos, el hip-hop consciente (o back-packer, como algunos lo llamaban entonces) todavía tenía fuerza y de vez en cuando lograba colarse en el mainstream. Mi mundo personal también era radicalmente distinto. Por esos días me desempeñaba como corresponsal de la revista española Hip-Hop Nation y escribía freelance para un par de publicaciones norteamericanas. Andaba de visita por el sur de California, con la intención de algún día mudarme por ahí; pero todavía viviendo como turista, surfeando de sofá en sofá, por casas de amigos, colegas y conocidos.
           
Fue por aquellos días que una publicista de artistas hip-hop me contactó y me ofreció cubrir un evento en Watts, un barrio de Los Angeles de crucial relevancia histórica para el movimiento de derechos civiles de los afro-americanos. Allí se llevaba a cabo un festival de hip-hop consciente organizado y promovido por la Nación Del Islam, grupo afro-islámico del que formase parte Malcom X. La lista de artistas era de lujo: Mos Def, Talib Kweli (o sea Black Star), O.C., Jurassic 5, Dilated Peoples, Zion I, Planet Asia; básicamente todos mis ídolos juntos en un solo lugar y algo más… de yapa rapearía en vivo una chica relativamente nueva en la escena llamada Mystic.
           
Mi sueño era entrevistar a Mos Def para Hip-Hop Nation pero cuando se lo propuse a la publicista me miró con cara de y-yo-quisiera-un-millón-de-dólares-en-lingotes-de-oro y me ofreció a cambio una entrevista más realista. Así fue que terminé sentándome en el suelo a charlar un rato con esta tal Mystic (…”That girl Mystic!”) y fue mi primera entrevista que hice en Estados Unidos a un artista de hip-hop.

Por entonces la rapera original de Oakland, al norte de California, estaba viviendo en Los Angeles, tenía dos singles en rotación fuerte en las radios universitarias y se preparaba para lanzar su anticipado disco debut. Cuando la vi en el escenario quedé alucinado y a mi regreso a Argentina les conté a todos mis amigos b-boys y a los oyentes de mi programa de radio de aquel entonces que esta mina se las traía con todo y pronto se convertiría en una fuerte contendiente para el título de mejor femcee (que por entonces todavía ostentaba Lauryn Hill).
           


El disco debut, Cuts For Luck And Scars For Freedom, se publicó meses más tarde a través del sello GoodVibe Recordings y fue un éxito rotundo de crítica, con ventas moderadas. El tema “The Life” sonaba en todas partes (¡hasta en un comercial de cerveza!). Mystic andaba de gira por todo Estados Unidos con Black Eyed Peas. Todo parecía indicar que habría Mystic para rato. Sin embargo de un día para el otro desapareció. Se la tragó la tierra. Nunca más nadie volvió a escuchar nada de ella.
           
En 2014 me la volví a cruzar. Esta vez en el reconocido Hieroday, un festival organizado por la crew Hieroglyphics (cuna de grandes raperos como Souls of Mischief, Del tha funkee, Casual…), en Oakland, la ciudad donde ella se crió y donde dio sus primeros pasos como MC, hacia finales de los ‘90s acompañando al grupo Digital Underground (de donde también había salido un tal Tupac Shakur).

Desde 2009 Oakland es también la ciudad donde vivo y no tardé en darme cuenta que con Mystic éramos prácticamente vecinos, cruzármela por la noche de Oakland se volvió habitual. Así fue que surgió la idea de entrevistarla nuevamente, idea que se pospuso varias veces hasta que finalmente nos sentamos a charlar en un café del barrio, un domingo a la mañana, mientras el país se preparaba para ver a Beyoncé en el Super Bowl. Habían pasado quince años desde aquella primera entrevista.
           


“¿Por qué me caí del mapa?” pregunta retóricamente la rapera cuyo nombre de real es Mandolyn Wind Ludlum, “Yo estaba en un sello llamado GoodVibe, que a la vez tenía contrato con JCor Entertainment, que a la vez tenía contrato con Universal. Por problemas entre los sellos, hubo negociaciones y terminé en Dreamworks. El álbum ya se había publicado. Había salido el primer single, ‘The Life’, había planes de hacer cuatro singles más y sus respectivos videos. Pero cortaron la promoción. Cuando fuimos a Dreamworks, el plan era que iban relanzar el álbum con nuevas canciones. Kanye West, antes de lanzarse como MC, produjo dos temas. En uno de ellos colaboraban Mos Def y Donell Jones. Hasta filmamos un video para esa canción que nunca salió.” Y agrega la anécdota, “Fue durante uno de las sesiones de mezcla de ese track, que Kanye en el estudio nos hizo escuchar ‘Through The Wire’ (el debut oficial del controversial artista como MC, que saldría a la luz en 2004).”
           
“Sacaron el single promocional en vinilo y llegó a algunas radios nada más” continúa su relato, mientras se come un sandwich tostado. Justo entonces sucedió que Dreamworks fue absorbido por Interscope. Yo había tenido la oferta de firmar con Insterscope antes y había optado por rechazarla, entonces terminé en una situación incómoda, en un sello con que habría podido firmar desde un comienzo pero preferí no hacerlo. En el medio de esto, vi mucha gente de la disquera que había trabajado para lanzar y promocionar mi disco, perder sus trabajos. Gente que había dedicado sus vidas a apoyar artistas y tenían familias para alimentar y de un día para el otro, todos a la calle. Para mí, la gente que trabaja en el sello es muy importante, estamos todos juntos en esto. Sentí que todo se estaba derrumbando a mi alrededor, tuve una conversación muy honesta con el presidente de Interscope, lloré, fue muy difícil pero cuando la reedición del disco no se publicó y me terminé alejando.”
           
Una práctica habitual de las compañías disqueras al relanzar un álbum al mercado es retirar de las tiendas todas las copias que quedan en circulación de la versión anterior para evitar confusión. Así que no solo el relanzamiento de su disco nunca sucedió, sino que el disco en su versión original también se volvió inconseguible, convirtiéndose en uno “difícil”. Esto contribuyó a dar la impresión de que Mystic se había desvanecido en el aire y para 2004 pocos en el mundo del hip-hop hablaban de ella.
           


A Mystic le había quedado algo de dinero de las ventas su disco y con eso se pudo dar el lujo de tomar clases en la universidad sin necesidad de trabajar, por un par de años. “Fue un paso hacia atrás intencional. Sentí que todo lo que había venido intentando por tantos años se caía a mi alrededor y me entristeció. La industria estaba cambiando y necesitaba alejarme un poco.” Desde los 17 años que venía trabajando esporádicamente con chicos en distintos programas sociales o educacionales. “Eran dos caminos y dos pasiones paralelas para mí. Pensé entonces, me voy a alejar un poco de la industria y aprender más para poder ayudar más a los chicos.”
           
Pero si bien se mantuvo oculta durante esos años no abandonó la música por completo. En 2004 también empezó la grabación del que sería su segundo disco, Beautiful Resistance, producido mayormente por Eligh, del colectivo Living Legends. Sin apoyo de una disquera y sin la posibilidad de obtener el permiso para el uso de ciertos samples legalmente, Mystic se vio obligada a archivar ese disco que no vería la luz sino hasta diez años después, cuando finalmente y sin mucha fanfarria promocional, lo publicó independientemente vía Bandcamp. 
           
Cuando se le acabó la plata que había dejado su disco debut se vio obligada a buscar trabajo y lo consiguió en Universal Records, ya no como artista, sino en la parte administrativa del sello. “Creo en proteger el arte” comenta escuetamente acerca de su trabajo.
           
Nacida y criada en una comuna hippie durante los setentas, Mystic nunca perdió su idealismo progresista y su meta de ayudar a la comunidad, especialmente a los que menos tienen.  “En 2012 tuve la oportunidad de viajar a Haití, para ayudar después del terremoto. Mi misión era prevenir y alertar a la gente sobre las adopciones de chicos huérfanos después del terremoto. Sabemos que en situaciones de desastres o guerras las fronteras de vuelven muy porosas y hay gente que se lleva a los niños porque quieren ayudarlos, pero también están los que aprovechan para llevárselos por razones horrorosas, como esclavitud sexual. Yo era la única artista en ese grupo, el resto eran doctores, abogados, trabajadores sociales. Pasé un día en un hogar de niñas huérfanas, muchas de las cuales habían sido abusadas sexualmente y cuando volví de Haití me di cuenta que me había desviado de mi camino.”

Mystic había sido víctima de una violación varios años antes, hecho que hizo público en los versos más fuertes de su primer disco, así que el tema la afectaba mucho emocionalmente. Al regresar a Estados Unidos decidió renunciar a su trabajo en la discográfica y volver a enfocarse en sus estudios. “No estaba haciendo música, ni trabajando con niños activamente, así fue que tuve una conversación con mi mamá y le dije “creo que tengo que renunciar a mi trabajo.” Se enroló para estudiar antropología en la Universidad de Berkeley, lo que la trajo de regreso a su pagos natales en el norte de California. Desde entonces vive con su madre en Oakland (Oakland y Berkeley son ciudades vecinas en el área de la bahía de San Francisco).
           
Habiendo culminado sus estudios en Berkeley y a su regreso de otro viaje importante (pasó un semestre estudiando en Sudáfrica), Mystic, a sus 41 años, está nuevamente activa en la escena de Oakland, planeando volver a grabar un disco pronto y buscando la manera de balancear su vocación artística con su pasión por el trabajo social. “Soy parte de un colectivo de artistas, la mayoría basados en la Costa Este y estamos comenzando a hablar con algunos productores para empezar a armar mi próximo álbum. No sé cómo va a sonar. Después de tanto tiempo viviendo como estudiante, viajando por el mundo, aprendiendo sobre culturas diferentes. Ser artista es algo bastante egoísta. Uno mira hacia adentro y sale lo que sale, nunca sabés como el público va a reaccionar.”
           


Obviamente la escena hip-hop no es la misma que la de 2001. Una nueva generación de artistas de apoderó del mainstream y trajeron consigo al hip-hop una nueva estética y nuevos valores. Mystic, fiel a sus raíces hippie, siempre fue muy crítica del materialismo en el rap, algo que siempre existió pero que se potenció exponencialmente a partir del nuevo milenio. Sin embargo, la rapera de Oakland no pierde su característico optimismo, “A partir de 2014 ha habido ciertos cambios en una dirección más consciente” y pone como ejemplo a Kendrick Lamar y el impacto que el movimiento social Black Lives Matter ha tenido en las generaciones más jóvenes de afro-americanos.  
           
Uno de los temas que más la preocupan es, obviamente ya que es allí donde confluyen sus dos pasiones, el de los modelos negativos que el hip-hop propaga hacia la juventud. Especialmente el impacto que el hip-hop tiene fuera de Estados Unidos, en chicos del llamado “tercer mundo”, que ven esa idealización del materialismo a través de los videos, fuera de su contexto original y les genera falsas expectativas. “Por el solo hecho de estar en Estados Unidos, la gente en otros países le va a prestar más atención que a un artista de acá que a otro que está diciendo lo mismo en Sudáfrica o Brasil. En Sudáfrica me llamó mucho la atención el impacto del capitalismo neoliberal y creo que puede estar conectado al hip-hop de alguna manera. Las pandillas allí, por ejemplo, adoptan nombres en inglés que no quiero ni repetir, siguiendo ejemplos de occidente.” 
           
“Algunas veces lo que dicen o muestran los artistas de hip-hop estadounidenses está basado en su propia vida,” explica Mystic, “Pero también hay muchos artistas que muestran un estilo de vida que no es su realidad. Hasta que no salís de Estados Unidos, no entendés el impacto que eso puede llegar a tener. El hip-hop muchas veces puede ser usado como una herramienta de resistencia y eso es hermoso, una herramienta de supervivencia espiritual y emocional para la comunidad. El hip-hop tiene el poder de construir comunidad y enfocar la solidaridad de esa comunidad para beneficio de todos. ¡Es muy poderoso! Pero al mismo tiempo, escuchas el rap de hoy en día y mucho es hablar de lo que tenés y quejarte de lo que no.

A veces la gente, no sabe distinguir entre lo que es real y lo que no. Desearía que los artistas de hip-hop viajasen más y vean el resto del mundo,” y concluye, “Pobreza es pobreza, estés donde estés. Pero cuando vas fuera de Estados Unidos podés entender la pobreza de otra manera totalmente diferente. No podés verlo desde acá.”



Los discazos.
Por F.

           Artista de la hostia, Mystic es una rapera con los pies en la tierra con todas las letras. Su música es mixtura pura;  desde el rap crudo y mensaje directo de Public Enemy, el positivismo progre, consciente y reivindicador del Native Tongues, el soul callejero-comprometido con la comunidad y el espiritual-urbano y rítmico también obviamente; quizás una rareza, más si se tiene en cuenta que es una artista que surge de las entrañas de la bestia del capitalismo y su industria musical.
Desde su carta de presentación jugada en una época tan prolífica para el rap underground como lo fue el comienzo de la década de 2000; en la que literalmente pasó de todo y se sentaron tantos cimientos para el devenir del género en estos últimos años; Mystic se destacó por una originalidad renovadora que pocas femcís ostentaban.
Debut con buenas críticas y giras, el panorama para ella se venía bueno y prolífico, pero después... el paráte sabático de varios años. Ese lapsus la saco del juego y del mapa comercial pero a la vez acrecentó un aire a leyenda especial, el disco se fue convirtiendo de alguna extraña manera en culto y cada vez más, quienes la escucharon en su apogeo y esperaban más material se formulaban la pregunta “¿Dónde está esa chica Mystic?”…

Cuts for luck and scars for life (2001)

Cargado de soul, liricísmo introspectivo, calle, conciencia, spoken word, música y barrio; tal es la impronta de su debut. Fiel heredero del “The miseducation of Lauryn Hill”; Mystic vino a cubrir ese espacio que dejó la ex Fugees pero con una onda propia y original. Con el apoyo artístico de una grosa como Bahamadia y productores como The Angel, A-Plus, Chops, el disco tiene su variedad de climas y temáticas; desde el amor, el materialismo, la idiosincracia hiphopper, vivencias familiares traumáticas, cuestiones sociales, hasta odas a la vida, a la gente en comunidad. Todo en un disco que suena auténtico y, a pesar de lo trillado en que se ha vuelto el término; real realmente, sincero y sin careta alguna.
Los temas a escuchar: The Life, Neptunes jewels, Forever and a day, The Gottas, Girlfriend sistagirl, W (con Planet Asia), Fatherless child.


Beautiful resistance (2014)

La segunda referencia se tomaría más de una década para ver la luz. Un disco que llevo largo proceso creativo, de hecho en el mientras tanto de la etapa “modo incógnito” se iban difundiendo casi con cuentagotas algunos de los cortes. En este caso, esta segunda parte sale airosa teniendo en cuenta el impacto del primer LP. Lanzado de manera independiente, es como un comenzar de cero pero con varios kilómetros de experiencia acumulada, eso se ve reflejado en los beats, en los versos y climas. Producido casi en su totalidad por Eligh de los Living Legends y con invitados de la escena undeground de la costa oeste; el disco suena fresco por dónde se lo escuche. ¿La fórmula?, a la que nos acostumbró… rap con actitud y mensajes para reflexionar rimados con una voz dulce y fuerte, una mente inquieta y pies en la tierra. Soul puro.
Los temas a escuchar: Clean paper, Beautiful resistance, Cali cruisin, Country roads.



Fotos 3 y 4: archivo de Juan Data (2001)

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