Juan Data en exclusiva nos hace la onda desde los States y se toma un cafe charlando con Mystic. Entrevista con una de las más geniales y creativas raperas yanquis que hemos escuchado. Fijate lo que nos cuenta y de paso, ¡conocéla!
Reencontrando a Mystic
Por Juan Data
A comienzos
del 2001 el mundo era bastante diferente; las torres gemelas de New York
todavía no habían caído, Bush era el presidente de los Estados Unidos, el
hip-hop consciente (o back-packer,
como algunos lo llamaban entonces) todavía tenía fuerza y de vez en cuando lograba
colarse en el mainstream. Mi mundo
personal también era radicalmente distinto. Por esos días me desempeñaba como
corresponsal de la revista española Hip-Hop Nation y escribía freelance para un
par de publicaciones norteamericanas. Andaba de visita por el sur de
California, con la intención de algún día mudarme por ahí; pero todavía
viviendo como turista, surfeando de sofá en sofá, por casas de amigos, colegas
y conocidos.
Fue por
aquellos días que una publicista de artistas hip-hop me contactó y me ofreció
cubrir un evento en Watts, un barrio de Los Angeles de crucial relevancia
histórica para el movimiento de derechos civiles de los afro-americanos. Allí
se llevaba a cabo un festival de hip-hop consciente organizado y promovido por
la Nación Del Islam, grupo afro-islámico del que formase parte Malcom X. La
lista de artistas era de lujo: Mos Def, Talib Kweli (o sea Black Star), O.C.,
Jurassic 5, Dilated Peoples, Zion I, Planet Asia; básicamente todos mis ídolos
juntos en un solo lugar y algo más… de yapa rapearía en vivo una chica
relativamente nueva en la escena llamada Mystic.
Mi sueño era
entrevistar a Mos Def para Hip-Hop Nation pero cuando se lo propuse a la
publicista me miró con cara de y-yo-quisiera-un-millón-de-dólares-en-lingotes-de-oro
y me ofreció a cambio una entrevista más realista. Así fue que terminé
sentándome en el suelo a charlar un rato con esta tal Mystic (…”That girl
Mystic!”) y fue mi primera entrevista que hice en Estados Unidos a un artista
de hip-hop.
Por entonces
la rapera original de Oakland, al norte de California, estaba viviendo en Los
Angeles, tenía dos singles en rotación fuerte en las radios universitarias y se
preparaba para lanzar su anticipado disco debut. Cuando la vi en el escenario
quedé alucinado y a mi regreso a Argentina les conté a todos mis amigos b-boys y
a los oyentes de mi programa de radio de aquel entonces que esta mina se las
traía con todo y pronto se convertiría en una fuerte contendiente para el
título de mejor femcee (que por entonces todavía ostentaba Lauryn Hill).
El disco
debut, Cuts For Luck And Scars For Freedom, se publicó meses más tarde a través
del sello GoodVibe Recordings y fue un éxito rotundo de crítica, con ventas
moderadas. El tema “The Life” sonaba en todas partes (¡hasta en un comercial de
cerveza!). Mystic andaba de gira por todo Estados Unidos con Black Eyed Peas.
Todo parecía indicar que habría Mystic para rato. Sin embargo de un día para el
otro desapareció. Se la tragó la tierra. Nunca más nadie volvió a escuchar nada
de ella.
En 2014 me la
volví a cruzar. Esta vez en el reconocido Hieroday, un festival organizado por la
crew Hieroglyphics (cuna de grandes raperos como Souls of Mischief, Del tha
funkee, Casual…), en Oakland, la ciudad donde ella se crió y donde dio sus
primeros pasos como MC, hacia finales de los ‘90s acompañando al grupo Digital
Underground (de donde también había salido un tal Tupac Shakur).
Desde 2009 Oakland
es también la ciudad donde vivo y no tardé en darme cuenta que con Mystic
éramos prácticamente vecinos, cruzármela por la noche de Oakland se volvió
habitual. Así fue que surgió la idea de entrevistarla nuevamente, idea que se
pospuso varias veces hasta que finalmente nos sentamos a charlar en un café del
barrio, un domingo a la mañana, mientras el país se preparaba para ver a
Beyoncé en el Super Bowl. Habían pasado quince años desde aquella primera
entrevista.
“¿Por qué me caí del mapa?” pregunta retóricamente la rapera cuyo nombre de real es Mandolyn
Wind Ludlum, “Yo
estaba en un sello llamado GoodVibe, que a la vez tenía contrato con JCor
Entertainment, que a la vez tenía contrato con Universal. Por problemas entre
los sellos, hubo negociaciones y terminé en Dreamworks. El álbum ya se había
publicado. Había salido el primer single, ‘The Life’, había planes de hacer
cuatro singles más y sus respectivos videos. Pero cortaron la promoción. Cuando
fuimos a Dreamworks, el plan era que iban relanzar el álbum con nuevas
canciones. Kanye West, antes de lanzarse como MC, produjo dos temas. En uno de
ellos colaboraban Mos Def y Donell Jones. Hasta filmamos un video para esa
canción que nunca salió.” Y agrega la anécdota, “Fue durante uno de las sesiones de mezcla de ese track, que Kanye en
el estudio nos hizo escuchar ‘Through The Wire’ (el debut oficial del
controversial artista como MC, que saldría a la luz en 2004).”
“Sacaron el single promocional en vinilo y llegó a
algunas radios nada más” continúa su relato, mientras
se come un sandwich tostado. “Justo entonces sucedió
que Dreamworks fue absorbido por Interscope. Yo había tenido la oferta de
firmar con Insterscope antes y había optado por rechazarla, entonces terminé en
una situación incómoda, en un sello con que habría podido firmar desde un
comienzo pero preferí no hacerlo. En el medio de esto, vi mucha gente de la
disquera que había trabajado para lanzar y promocionar mi disco, perder sus
trabajos. Gente que había dedicado sus vidas a apoyar artistas y tenían
familias para alimentar y de un día para el otro, todos a la calle. Para mí, la
gente que trabaja en el sello es muy importante, estamos todos juntos en esto.
Sentí que todo se estaba derrumbando a mi alrededor, tuve una conversación muy
honesta con el presidente de Interscope, lloré, fue muy difícil pero cuando la
reedición del disco no se publicó y me terminé alejando.”
Una práctica
habitual de las compañías disqueras al relanzar un álbum al mercado es retirar
de las tiendas todas las copias que quedan en circulación de la versión
anterior para evitar confusión. Así que no solo el relanzamiento de su disco
nunca sucedió, sino que el disco en su versión original también se volvió
inconseguible, convirtiéndose en uno “difícil”. Esto contribuyó a dar la
impresión de que Mystic se había desvanecido en el aire y para 2004 pocos en el
mundo del hip-hop hablaban de ella.
A Mystic le
había quedado algo de dinero de las ventas su disco y con eso se pudo dar el
lujo de tomar clases en la universidad sin necesidad de trabajar, por un par de
años. “Fue un paso hacia atrás
intencional. Sentí que todo lo que había venido intentando por tantos años se
caía a mi alrededor y me entristeció. La industria estaba cambiando y
necesitaba alejarme un poco.” Desde los 17 años que venía trabajando
esporádicamente con chicos en distintos programas sociales o educacionales. “Eran dos caminos y dos pasiones paralelas
para mí. Pensé entonces, me voy a alejar un poco de la industria y aprender más
para poder ayudar más a los chicos.”
Pero si bien
se mantuvo oculta durante esos años no abandonó la música por completo. En 2004
también empezó la grabación del que sería su segundo disco, Beautiful
Resistance, producido mayormente por Eligh, del colectivo Living Legends. Sin
apoyo de una disquera y sin la posibilidad de obtener el permiso para el uso de
ciertos samples legalmente, Mystic se vio obligada a archivar ese disco que no
vería la luz sino hasta diez años después, cuando finalmente y sin mucha
fanfarria promocional, lo publicó independientemente vía Bandcamp.
Cuando se le
acabó la plata que había dejado su disco debut se vio obligada a buscar trabajo
y lo consiguió en Universal Records, ya no como artista, sino en la parte
administrativa del sello. “Creo en
proteger el arte” comenta escuetamente acerca de su trabajo.
Nacida y
criada en una comuna hippie durante los setentas, Mystic nunca perdió su
idealismo progresista y su meta de ayudar a la comunidad, especialmente a los
que menos tienen. “En 2012 tuve la oportunidad de viajar a Haití, para ayudar después del
terremoto. Mi misión era prevenir y alertar a la gente sobre las adopciones de
chicos huérfanos después del terremoto. Sabemos que en situaciones de desastres
o guerras las fronteras de vuelven muy porosas y hay gente que se lleva a los
niños porque quieren ayudarlos, pero también están los que aprovechan para
llevárselos por razones horrorosas, como esclavitud sexual. Yo era la única
artista en ese grupo, el resto eran doctores, abogados, trabajadores sociales.
Pasé un día en un hogar de niñas huérfanas, muchas de las cuales habían sido
abusadas sexualmente y cuando volví de Haití me di cuenta que me había desviado
de mi camino.”
Mystic había
sido víctima de una violación varios años antes, hecho que hizo público en los
versos más fuertes de su primer disco, así que el tema la afectaba mucho
emocionalmente. Al regresar a Estados Unidos decidió renunciar a su trabajo en
la discográfica y volver a enfocarse en sus estudios. “No estaba haciendo música, ni trabajando con niños activamente, así
fue que tuve una conversación con mi mamá y le dije “creo que tengo que
renunciar a mi trabajo.” Se enroló para estudiar antropología en la
Universidad de Berkeley, lo que la trajo de regreso a su pagos natales en el
norte de California. Desde entonces vive con su madre en Oakland (Oakland y
Berkeley son ciudades vecinas en el área de la bahía de San Francisco).
Habiendo culminado
sus estudios en Berkeley y a su regreso de otro viaje importante (pasó un
semestre estudiando en Sudáfrica), Mystic, a sus 41 años, está nuevamente
activa en la escena de Oakland, planeando volver a grabar un disco pronto y
buscando la manera de balancear su vocación artística con su pasión por el
trabajo social. “Soy parte de un
colectivo de artistas, la mayoría basados en la Costa Este y estamos comenzando
a hablar con algunos productores para empezar a armar mi próximo álbum. No sé
cómo va a sonar. Después de tanto tiempo viviendo como estudiante, viajando por
el mundo, aprendiendo sobre culturas diferentes. Ser artista es algo bastante
egoísta. Uno mira hacia adentro y sale lo que sale, nunca sabés como el público
va a reaccionar.”
Obviamente la escena
hip-hop no es la misma que la de 2001. Una nueva generación de artistas de
apoderó del mainstream y trajeron consigo al hip-hop una nueva estética y
nuevos valores. Mystic, fiel a sus raíces hippie, siempre fue muy crítica del
materialismo en el rap, algo que siempre existió pero que se potenció
exponencialmente a partir del nuevo milenio. Sin embargo, la rapera de Oakland
no pierde su característico optimismo, “A
partir de 2014 ha habido ciertos cambios en una dirección más consciente” y
pone como ejemplo a Kendrick Lamar y el impacto que el movimiento social Black
Lives Matter ha tenido en las generaciones más jóvenes de afro-americanos.
Uno de los
temas que más la preocupan es, obviamente ya que es allí donde confluyen sus
dos pasiones, el de los modelos negativos que el hip-hop propaga hacia la
juventud. Especialmente el impacto que el hip-hop tiene fuera de Estados
Unidos, en chicos del llamado “tercer mundo”, que ven esa idealización del
materialismo a través de los videos, fuera de su contexto original y les genera
falsas expectativas. “Por el solo hecho
de estar en Estados Unidos, la gente en otros países le va a prestar más
atención que a un artista de acá que a otro que está diciendo lo mismo en Sudáfrica
o Brasil. En Sudáfrica me llamó mucho la atención el impacto del capitalismo
neoliberal y creo que puede estar conectado al hip-hop de alguna manera. Las
pandillas allí, por ejemplo, adoptan nombres en inglés que no quiero ni
repetir, siguiendo ejemplos de occidente.”
“Algunas veces lo que dicen o muestran los artistas
de hip-hop estadounidenses está basado en su propia vida,” explica Mystic, “Pero
también hay muchos artistas que muestran un estilo de vida que no es su
realidad. Hasta que no salís de Estados Unidos, no entendés el impacto que eso
puede llegar a tener. El hip-hop muchas veces puede ser usado como una
herramienta de resistencia y eso es hermoso, una herramienta de supervivencia
espiritual y emocional para la comunidad. El hip-hop tiene el poder de construir
comunidad y enfocar la solidaridad de esa comunidad para beneficio de todos. ¡Es
muy poderoso! Pero al mismo tiempo, escuchas el rap de hoy en día y mucho es
hablar de lo que tenés y quejarte de lo que no.
A veces la gente, no sabe distinguir entre lo que es
real y lo que no. Desearía que los artistas de hip-hop viajasen más y vean el
resto del mundo,” y concluye, “Pobreza es pobreza, estés donde estés. Pero
cuando vas fuera de Estados Unidos podés entender la pobreza de otra manera
totalmente diferente. No podés verlo desde acá.”
Los discazos.
Por F.
Artista de la hostia, Mystic es una rapera con los
pies en la tierra con todas las letras. Su música es mixtura pura; desde el rap crudo y mensaje directo de Public Enemy, el
positivismo progre, consciente y reivindicador del Native Tongues, el soul
callejero-comprometido con la comunidad y el espiritual-urbano y rítmico también obviamente; quizás
una rareza, más si se tiene en cuenta que es una artista que surge de las
entrañas de la bestia del capitalismo y su industria musical.
Desde su carta de presentación jugada en una
época tan prolífica para el rap underground como lo fue el comienzo de la
década de 2000; en la que literalmente pasó de todo y se sentaron tantos
cimientos para el devenir del género en estos últimos años; Mystic se destacó por una originalidad renovadora
que pocas femcís ostentaban.
Debut con buenas críticas y giras, el
panorama para ella se venía bueno y prolífico, pero después... el paráte sabático de varios años. Ese lapsus la saco del juego y del mapa comercial pero a la vez acrecentó un aire
a leyenda especial, el disco se fue convirtiendo de alguna extraña manera en culto y cada vez más, quienes la escucharon en su apogeo y esperaban más material se formulaban la pregunta “¿Dónde está esa chica
Mystic?”…
Cuts for luck and scars for life (2001)
Cargado de soul, liricísmo introspectivo, calle, conciencia, spoken word, música y barrio; tal es la impronta de su debut. Fiel heredero del “The miseducation of Lauryn Hill”; Mystic vino a cubrir ese espacio que dejó la ex Fugees pero con una onda propia y original. Con el apoyo artístico de una grosa como Bahamadia y productores como The Angel, A-Plus, Chops, el disco tiene su variedad de climas y temáticas; desde el amor, el materialismo, la idiosincracia hiphopper, vivencias familiares traumáticas, cuestiones sociales, hasta odas a la vida, a la gente en comunidad. Todo en un disco que suena auténtico y, a pesar de lo trillado en que se ha vuelto el término; real realmente, sincero y sin careta alguna.
Los temas a escuchar: The Life, Neptunes jewels, Forever and a day, The Gottas, Girlfriend sistagirl, W (con Planet Asia), Fatherless child.
Beautiful resistance (2014)
La segunda referencia se tomaría más de una década para ver la luz. Un disco que llevo largo proceso creativo, de hecho en el mientras tanto de la etapa “modo incógnito” se iban difundiendo casi con cuentagotas algunos de los cortes. En este caso, esta segunda parte sale airosa teniendo en cuenta el impacto del primer LP. Lanzado de manera independiente, es como un comenzar de cero pero con varios kilómetros de experiencia acumulada, eso se ve reflejado en los beats, en los versos y climas. Producido casi en su totalidad por Eligh de los Living Legends y con invitados de la escena undeground de la costa oeste; el disco suena fresco por dónde se lo escuche. ¿La fórmula?, a la que nos acostumbró… rap con actitud y mensajes para reflexionar rimados con una voz dulce y fuerte, una mente inquieta y pies en la tierra. Soul puro.
Fotos 3 y 4: archivo de Juan Data (2001)
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